Carolina, Paola, Mirta, Azucena, Marcelo, Adriana, JM, Romina y Carolina |
Nos visitó el poeta Néstor Mux |
nosotros
los poetas menores
nunca escribimos
en el riacho de oro del poema
nos entintamos
"No precisa alas", Taube (paloma), óleo, mayo de 2019 |
Un
poema de 2018:
BABAS DE
DIABLO
Hace
unos años
yo
cuidaba el jardín de otra manera.
Estaba
atenta a las chinches de las lechugas
a
las arañitas rojas del tomate.
En
la noche cazaba caracoles y babosas
en
las tardes colgaba móviles
para
espantar a los pájaros que comen las frutillas.
Tenía
un plan perfecto para la siembra
todo
muy bien organizado y correcto
para
enfrentar la vida.
Hasta
que me dije
por
qué razón hablar continuamente con las lavandas,
ellas
también, como cualquier humano
necesitan
estar a solas.
Las
semillas que se esparcen por sí mismas
eligen
el lugar apropiado y crecen felices
como
los poemas
cuanto
más libres
más
responsables de su propio destino.
De
manera que ahora cuido el jardín
sólo
cuando me necesita.
Riego
si hay sequía
por
ahí sujeto alguna tomatera
o
cubro los canteros si hay granizo.
Ahora
vienen miles de pájaros amigos
a
ovillar babas de diablo.
Un
poema de 2008:
EL
CENTRO
Escribo en el
centro de la página
como quien invita a un desconocido
a volver en sí mismo.
Tal vez es el camino del cielo prometido.
como quien invita a un desconocido
a volver en sí mismo.
Tal vez es el camino del cielo prometido.
Escribo en el
centro
pero no como el Talmud.
Simplemente escribo porque no encuentro otro camino.
pero no como el Talmud.
Simplemente escribo porque no encuentro otro camino.
Y aún así
un día me sorprendo en las orillas
igual que las glosas que crecen como cardos
alrededor de la vid.
un día me sorprendo en las orillas
igual que las glosas que crecen como cardos
alrededor de la vid.
CALAMARES
EN SU TINTA
Nosotros a
contramano
los del bosque
azul marino
nos
alimentamos con bayas transparentes
nos llamamos a
voz de sahumar
y acudimos en
bandadas
como patos
entre jacarandás
somos felices
cuando escribimos
más felices
cuando no escribimos
y deseamos
deseamos tanto
que volvemos a
cruzar el Mar Rojo
nos perdemos,
por supuesto
uno en la
oreja del otro
nos besamos
los veinte dedos
encontramos la
sombra hembra
la sombra
macho
olfateamos la
sal
la corriente
eléctrica
de las plumas
y todo es otra
cosa
la nueva era
es una nuez
en las
tinieblas
nosotros
los poetas menores
nunca
escribimos
en el riacho
de oro del poema
nos
entintamos.
Ayer jueves (30 de mayo) nos visitó en
TALLER LA PLATA.
Todos coincidimos: en su humildad y
una mirada mística acerca y sobre el mundo. No es poco en tiempos de derrotas y
desesperanza. Escribe Paola: “Me quedo con esto que dijo Azucena: ´la
experiencia de un día (de un momento) puede ser una experiencia poética, hay
que saber advertirla´.” Azucena
Salpeter nació en Formosa el 9 de noviembre de 1942. Desde 1957 reside en
La Plata. Es médica, poeta, narradora y pintora. Publicó: El pescador de sombras (poesía,
1979, sello de honor de la SADE), Y
el cielo sonrió (poesía, 1989), Las puertas del cielo (poesía, 1996, premio bienal profesor
Dr. Pedro Laín Entralgo) y La mitad
del cielo (novela, 1998, premio Mercosur).