Carolina Campoamor, Paola Boccalari, Mirta Perez, Azucena Salpeter, Marcelo Steblok, Adriana Romano, José María Pallaoro, Romina Torchio y Carolina Cortazzo |
APUNTES
PARA AZUCENA
Ay abrazo
juntura de mi
alma
estoy hecha de
momentos, no me enajenes los ojos en forcejeo de ángeles.
Es tan breve el
relato, en qué otro lecho podríamos contarnos hermosas mentiras.
Azucena Salpeter
Una
vez más José María Pallaoro embate con su jugada.
Es
otoño y nos convoca a compartir su mesa con Azucena Salpeter, una mujer poeta,
narradora, médica y como a ella le gusta nombrarse, alguien que está viva, y que
festeja cada movimiento de lo vívido extrayéndole el jugo poético.
Paola Boccalari |
De
mi parte, atravieso la puerta del taller, amalgamándome a la mesa siento el
tono climático de una conversación afable que despabila agobios.
Escucho.
Su
segundo libro de poesía, Y el cielo
sonrió, surge como la decantación del estudio-taller que hizo con Ana María
Lahitte, y en el cual en su nueva versión retorna aquella nostalgia por los
orígenes que causa escritura. Una lejana oscuridad que se ve iluminada por un
cielo que en su mudez sonríe.
Tapa del primer libro de poemas de Paola Boccalari |
Puertas del
cielo,
su tercer y hasta ahora último libro de poesía, fue editado en 1996, a raíz de
un premio otorgado desde la agremiación médico platense. Es un libro con una
poética en la cual se coagulan pasiones. Eclipsado por el ángel de Paul Klee
las puertas del cielo se abren, y desparraman una poesía escrita desde las
sombras de una respiración inundada de muerte y de vida. Con un aire enrarecido
debajo de un barbijo su mirada de poeta recorre un tren, que no se detiene, y
en su circularidad de ángeles no da ninguna respuesta de cómo se vive en el
país del después de las entrañas. Repito, es un libro que coagula pasiones, las
del ejercicio de la medicina, la nostalgia por afectos ancestrales, pasiones
ejercidas y escritas desde un lenguaje en clave poética.
Tiene
una novela publicada, La mitad del cielo,
en el año 2000.
Azucena
escribe a puro deseo, sostenida en un esqueleto de palabras, al cual se amarran
como hojas de su jardín lo poético, sus ángeles, las flores y los violines.
La Plata, 8 de junio de 2019
Paola Boccalari
Muchas gracia Paola Boccalari, muchas gracias Lo de Pallaoro, bellísimo encuentro.
ResponderEliminarGracias a vos querida Azucena. Un bello, bello encuentro.
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