TALLER-ENCUENTRO LA POESÍA, CITY BELL - LA PLATA

martes, 19 de diciembre de 2017

CÉSAR CANTONI EN TALLER LA PLATA viernes 30 de noviembre de 2017


En Taller La Plata, encuentro con César Cantoni: Alfredo Benialgo, Omar Morgante, 
Carlos Barbagallo, José María Pallaoro y Rodrigo Bouvet

 Escribe Rodrigo Bouvet: La agradable temperatura en la noche del jueves 30 de noviembre parecía augurar una excelente reunión con el poeta César Cantoni. Y así fue, como si el cielo hubiera estado de acuerdo en hacer el encuentro entre talleristas y poetas.

     Algunos llegamos demorados por el tráfico y por los quehaceres cotidianos. Otros, fueron puntuales. Como César Cantoni, que ante malestares de salud se negó a quedarse en su casa y decidió acudir al encuentro con nosotros, los talleristas, y Pallaoro, el anfitrión.
     Luego de indagar sobre su estado de salud, comenzó la charla, el diálogo con Cantoni. Nunca faltan los “verdes”, y menos en el Día Nacional del Mate. Pallaoro rompió el hielo preguntándole al invitado sobre sus inicios en este arte tan complejo llamado poesía.

     “Escribí seis libros antes de Confluencias (editado en 1978, cuando Cantoni tenía 27 años). Escribo desde quinto, sexto grado. A través de Pablo Neruda conocí la literatura, la poesía. En el año 1977 entré al grupo literario Latencia, a través del cual pude publicar mi primer libro.”
      Cuando se tiene en frente a un poeta, es inevitable preguntarle sobre cuándo escribe. En el caso de nuestro invitado, escribe cuando tiene necesidad de hacerlo. “Hay un cierto número de poemas que corresponden a determinada época”. Además, es tradicional que haya variantes entre cada uno de los libros de poemas. En el caso de Cantoni, lo que lo ha llevado a cambiar de libro a libro es la realidad. “Traté de comprender cada momento histórico. Uno no puede escaparse de la época”, sentenció el platense.

     En cuanto a la escritura, supo identificar el momento en que encontró su estilo y la poesía referente para él. “Luego de Confluencias dejé de lado mi influencia nerudiana, tomé por el lado de la poesía norteamericana, me interesó lo conceptual, lo realista y descriptivo. En Diario de paso (libro de poemas de 2008) encontré mi estilo más definido, empecé a escucharme a mí mismo y no a lo que me influenciaba”. Aclaró, además, que no tiene la intención de hacer una poesía intelectual, más allá de la riqueza conceptual que podemos encontrar en su trabajo.


     Revisando la obra cantoniana, no abundan los poemas que hablen del amor. Eso tiene una explicación: “Uno tiene cierto resquemor ante lo sentimental, lo cursi. El temor a quedar en el ridículo, no por el contenido, sino por la forma. Había cosas de las que me daba pudor hablar, que me excedían, por ejemplo Dios y el amor. ¿Qué puedo discutir con Dios?”

     Concluyendo con el encuentro, no pudimos dejar pasar la ocasión de interrogarle sobre el uso de la ironía en sus poemas. “La ironía es natural en mí. Los cuentos que solía escribir eran todos irónicos. La ironía es casi inseparable del humor. Siempre atempera la dramaticidad de lo que se está hablando”. Imposible tener más claridad.


     A modo de conclusión, destaco una de las frases con la que cerró la charla. “El desafío del poeta es tratar el poema en el lenguaje y la filosofía de la época”.

Centro, Omar Morgante

César Amiel y Rodrigo Bouvet

Carlos Barbagallo

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